sábado, 25 de abril de 2009

Desorden

Cuando callas, el tallo necesita saber de ti.
Sin subir alamedas, nísperos.
Al volver se identifica el mar.
Una foto, una canción, un silencio.

La noche austera en el cuarto ronco de gritar.
sordera en el aire que llora añora y sobra de vigilias necias.
Ese traje que te lleva mujer, ese viento que aprieta tu voz.

Y las sierras desdoblando tu amor, cambiandote de lluvia, quemandote los ojos, plegarias para olvidar, dulce vagabunda.

Que andarás haciendo grita mi piel.
Rodando en alguna carpa, llorando en algun vestido, mirando lo que nunca toca, negando lo que siempre fuimos.
Un enjambre de nubes, un racimo de sueños, un recambio de odios.

Te dejo el desorden para que sepas que en los rincones se esconde y brilla la verdadera historia, la sed verdadera, la cama en aire, la rustica sensacion de vivir muriendo, y muriendo para querer vivir.
Alto al fuego.
Mi tregua es amor en camino.