Los chicos se divierten.
El frio diferencia olores.
Las cumbres llenan sus bocas de aire, brazo de fonda y vasos, que la alquimia podra responder como directa pasion.
La necesidad de creer en algo que nos suelte, y nos abraze cuando al término se propaga la abolición de cualquier semenjanza omnipotente y desmedida de la casualidad.
Las comodidades, la vida tras el espejo, de vuelta los olores.
Los chicos se divierten con pancartas de colores, con señales de amor.
Los chicos se encaminan a la suerte del destino, a los besos de vodka, a la resignacion del altar.
La boba astucia que no deja que me haga pan, y las sutilezas de que ya no creo en mis pasos, sino en mis muecas, que se hallan deformes en el vidrio del baño.
Tras la puerta.
El vaso.
martes, 3 de junio de 2008
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1 comentario:
olor a mar
olor a almohada
olor a invierno
olor a casa
olor abrazo
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